Igual que cambia el ropaje en una nueva estación, se trasforma mi piel... cada vez, que me imagino sentada frente a ti, sabiéndome objeto de tu mirada, el rubor se apodera de mis mejillas, mi pecho se agita ante tu cercanía, mis sentidos se nublan, cómo si de títeres se tratara, respondo a tú voz, a tú olor...revivo entre gemidos, en tus caricias, que son tan mías, en esa mirada que me toca el alma y me hace el amor, sin casi rozarme...
Busco y no encuentro cómo cortar esos hilos invisibles que me atan a ti, igual no existen o no quiero verlos...
Sigues siendo tú, el vínculo que me mantiene cuerda y completamente loca, justo al límite del sí y del no, entre el deseo y la apatía, entre el amor y el odio, entre el llanto y la risa, justo en el límite del dolor y el placer...
Justo en este límite siento tú mirada, aunque ese...es mi problema